El Oriente es empresa, es industria, es turismo, es natura pura… el lugar perfecto por y para hacer negocios, pero jamás debemos olvidar que el Oriente también es artesanía, y no sólo como fuente de ingresos o como atractivo turístico, sino como orgullo y bandera de una nación que forjó su destino con sus propias manos en estas tierras.

Por ello, queremos homenajear a todos aquellos que trabajan día a día para que podamos presumir no sólo de bellos paisajes, sino también de bellas producciones elaboradas con manos colombianas.

Carmen de Viboral: la cuna de la cerámica artesanal

Hablar de artesanía no sólo en todo el Oriente sino en Colombia es hablar del bello municipio del Carmen de Viboral. Por ello, merece la pena dar comienzo a este artículo con este privilegiado rincón.

La tradición carmelitana de trabajar con sus manos la cerámica data de finales del siglo XIX, cuando en 1898 don Eliseo Pareja instaló La Locería del Carmen, la primera de tantas empresas ceramistas que darían forma y prestigio a la popular Cerámicas Unidas, una empresa a cuya sombra se cobijaban en torno a los 300 empleados.

Pese a que en el último tramo del pasado siglo la industria manufacturera perdió fuerza en la región, el tesón por mantener los rasgos propios y unas calidades dignas de hacerla poseedora del sello de Denominación de Origen Protegida hicieron que con la llegada del nuevo milenio se recuperara plenamente la tradición.

Hoy día no hace falta acudir a tierras carmelitanas únicamente para comprar las delicadas piezas de cerámica, sino también para apreciarlas en toda su plenitud y en todos sus rincones, ya que nos resultará fácil admirarlas en las fachadas de las casas de El Carmen de Viboral, en sus museos y en sus monumentos, como la torre del Bicentenario, totalmente forrada en cerámica con en torno a 200 platos adosados de diferentes diseños.

 

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El Retiro: madera y barro con sabor guarceño

Es curioso como en torno a la muerte, puede crearse tanta vida. Y es que en el caso de la industria creciente y reconocida maderera de El Retiro, tuvo su germen en la afamada empresa de ataúdes que don José «Pepe» Botero creó en el municipio a mediados del S.XX.

Tras ésta vinieron las que son hoy día más de cuarenta carpinterías y ebanisterías asociadas a ASOPEPE ( «Asociación de Transformadores y Comercializadores de la Madera José María Botero Pepe»), aunque se habla de más de ochenta si no atendemos a datos oficiales y que dan vida a un municipio que vive del turismo pero también de trabajar materiales nobles como el cedro, roble, piñón de oreja y teca, como demuestran las excelentes calidades de toda pieza maderera que sale de las fábricas, locales y bodegas de la región, sus afamados muebles considerados auténticas obras de arte y la generación de 1.600 empleos que mantienen viva tradición e industria en este privilegiado rincón.

Otras piezas de la artesanía en el Oriente Antioqueño

Pese a que merecidamente El Carmen de Viboral y El Retiro ostentan el título de capitales artesanas, no debemos ni obviar ni olvidar mucho menos que toda la región es ostentosa en cuanto a trabajar el arte con las manos.

Como orgullosos colombianos, formamos parte del cerca del millón de habitantes que viven directa o indirectamente de la artesanía con la que cuenta todo el país en su totalidad. Con ello queremos indicar que tanto en el municipio de La Ceja, Guarne, o cualquiera de los que encontramos a lo largo y ancho del Oriente Antioqueño, son poseedores de una tradición que va más allá del negocio y forma parte de la cultura, donde encontrar a cada rincón las mochilas wayú, pero también chinchorros, hamacas, mantas, sombreros vueltiao y otras piezas dignas de museo que resumen nuestro orgullo paisa: un caracter vitalista, colorista y de primera calidad.

 

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Las manos que levantaron el país: artesanía en el Oriente Antioqueño
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