Una finca es como una pareja. Si encuentras la ideal, será un idilio en el que querrás vivir siempre y que luego no olvidarás. Esta relación para todos los que han tenido una finca o los que anhelamos algún día conseguir una en el Altiplano, es una ilusión común y deseada para quienes hemos vivido en un constante enamoramiento de la intención de conseguir una finca ideal en el Oriente Antioqueño.
Una de las filosofías más acertadas en el sector inmobiliario, es esa que explica: si no se hacen las preguntas correctas antes de comprar una propiedad, nunca se encontrarán las respuestas adecuadas y reveladoras para consensuar con satisfacción la materialización de la compra de una finca o cualquier otro inmueble en el lugar deseado. Por lo cual, pese a la gran cantidad de cuestiones que pueden surgir, en síntesis, es importante encontrar las respuestas con sentido, a través de las preguntas adecuadas… y esas, ¿cuáles son?
La finca ideal en el Oriente Antioqueño, no dista mucho de las expectativas que tenemos al buscar el hombre o la mujer de nuestros sueños…
En una finca queremos que se puedan apreciar bonitos y originales paisajes. Que nos haga sentir lo que otra(o) no; y que sepamos que hemos encontrado el lugar que nos hará sentir que es el único y el mejor entre todos las demás. Estando las cosas así, dichas son las características generalizadas que todos esperamos obtener cuando hacemos “match” con una finca soñada.
No obstante, hay otra manera más realista para formalizar una relación duradera entre finca/propietario… hacer las preguntas correctas en el momento adecuado. Y esas preguntas podrían conjugarse en las 5 siguientes:
> ¿Qué lugar es bueno para comprar?:
En el Oriente Antioqueño, al igual que en otras subregiones de Antioquia, la valorización del territorio depende en gran medida de las obras por valorización, la inversión política que cada uno de los municipios asuma responsablemente (pues supone más seguridad y un mejor vivir en el sector) y la reputación que tenga como zona dentro del espectro inmobiliario. Hay muchas opciones, así como expectativas en los inversores, así que, según el presupuesto, las necesidades o el lugar, pueden variar en gran medida las insinuaciones de posibilidad inmobiliaria.
En conclusión, esta pregunta nos guiará hacia un esfuerzo mayor, pues para responderla debemos investigar, contactar con un asesor inmobiliario para que se encargue y nos facilite los detalles de gestión y hacer un riguroso trabajo de campo que supone: asistir a la zona, preguntar a los vecinos cuáles son las debilidades o las fortalezas del sector… etc.
> ¿Es un tiempo propicio para invertir en una finca?:
Una finca, es una segunda casa. Un lugar para pasar un buen tiempo y escapar de la ciudad. No obstante, es importante conservar la voz realista que hace eco en nuestra cabeza y nos pregunta: ¿es un tiempo realmente bueno para invertir? Con la respuesta, nos puede ayudar una inmobiliaria en el Oriente Antioqueño, que sepa indicarnos cuáles son las ventajas (o debilidades) competitivas que tenemos al obtener una finca en determinado tiempo o en determinado lugar… no queremos evidentemente terminar por comprar una finca que esté en una zona en apariencia pintoresca y bonita, pero completamente predestinada a perecer por infraestructura o amenazada por debilidad en sus suelos o por desastres naturales notificados, ¡de ahí la importancia de asociarse con una inmobiliaria!
Hay otras cuestiones no menos importantes que traslucen al hacernos esta pregunta: ¿Cómo financiaré este proyecto? ¿Cuánto valdrá el mantenimiento? ¿Necesitaré asegurar la propiedad? Teniendo estas preguntas clarificadas, podremos sacar un prospecto para el presupuesto y para saber la viabilidad de la inversión.

Finca Carmen de Viboral – Ref. 548
> ¿Será una inversión inteligente o emocional?:
Muchos inversores pecan por esto. Existen casos en los cuales la inversión en una finca está ligada a un hecho nostálgico. ¿Cómo así? Es posible que el comprador quiera invertir en determinado lugar por un vínculo que lo ate a él: allí vivió cuando era pequeño, pasó su adolescencia, se casó… etc. Pese a que es uno de los motivos más comunes por los cuales una persona quiere «hacerse a su tierrita», no hay que olvidar que subyacen otros hechos a considerar para invertir bien, como la seguridad actual del lugar, la favorabilidad del terreno o las vías de acceso o el adecuado recibimiento de los servicios públicos. En conclusión, una inversión inteligente dista de una emocional, cuando tenemos el presentimiento de que esa propiedad será una solución a nuestros problemas, y no por el contrario un problema de difícil solución.
> ¿Se adapta esa propiedad a un estilo de vida futuro del comprador?:
En esta pregunta hay un trasfondo semejante que en el anterior. Se trata de evaluar algo que va más allá de lo evidente y que puede conducirnos a una respuesta sensata de si es o no un buen negocio a largo plazo.
> ¿Debo o no contar con la ayuda de una inmobiliaria?:
Todas las preguntas anteriores serán más fácilmente resueltas si varias manos están colaborando al tiempo para lograr esta meta de adquisición inmobiliaria. Evaluar pros y contras de la compra, conocer la factibilidad de la inversión, ahorrar tiempo en documentación y gestiones y saber si es viable el territorio donde queramos plantar nuestros sueños, son solo algunos de los muchos beneficios que disfrutaremos al contar con un amigo asesor en el Oriente Antioqueño.
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